Friday, May 24, 2013

Manifiesto del Terapeuta: La Salutogénesis y Perspectivas más amplias


Son muchas las motivaciones que me llevan a escribir este post, sin embargo hay una singularidad en su relevancia. Efectivamente resume lo que llegado a creer que es una comprensión fundamental en el campo de la rehabilitación. En verdad, es una comprensión mucho más amplia que se extiende a la medicina misma... e incluso a nuestras vidas cotidianas, me atrevería a decir.
Pese a que esta filosofía central siempre fue comprendida intrínsecamente, nunca estuve completamente seguro de cómo hacerlo o cómo verbalizarla.
Hay una dicotomía bien establecida y bien arraigada entre salud y enfermedad que esencialmente diluye el alcance potencial y la efectividad del proveedor de cuidados de salud. Además, esta dicotomía se expande en la mismísima mente de quien está buscando salud. Salud y enfermedad son vistos como dos estados completamente distintos y por lo tanto existen en sus propias realidades. Esta es la comprensión intuitiva... sin embargo, cuando se analiza desde una perspectiva más amplia, ambas son manifestaciones de un estado singular. Es un continuo que se caracteriza, en un extremo, por una salud perfecta y en el otro extremo por enfermedad. Por lo tanto, incluso puede considerarse no como una dicotomía de “salud-enfermedad”, sino más bien estados de salud diversos. Es probable que esto para muchos suene como algo nada más que semántico, pero la filosofía general fue denominada Salutogénesis por el sociologo Aaron Antonovsky. El término describe un enfoque centrado en los factores que apoyan la salud humana y el bienestar, más que en factores que causen enfermedad. El enfoque Patogénico, más popular e intuitivo, es el más familiar... los esfuerzos enfocados en luchar contra la enfermedad.
Pese a que esta filosofía central general no es difícil de entender, es una rareza dentro del sistema de salud... De hecho, a veces es visto como “alternativo”. Pero la lamentable realidad es que hemos sido condicionados a existir dentro del paradigma patogénico... donde la salud necesita deteriorarse hasta un determinado nivel antes de que sea “digno” de ser etiquetado como una enfermedad y por lo tanto digno de intervención. Esto se puede observar en relación a los así llamados “estándares de salud”... presión sanguínea, peso, niveles de colesterol, etc. Todos son considerados buenos hasta que alcanzan un nivel crítico... y en tal momento se convierten en una patología específica y así comienza la intervención Patogénica.
El enfoque Salutogénico no descalifica ni entra en conflicto con el enfoque Patogénico... De hecho se enlaza con este y forma una unidad mucho más grande. Dentro de esta unidad, ambos existen como factores igualmente poderosos y válidos que trabajan para contribuir a la homeostasis sistémica. Por lo tanto, uno no necesita “esperar” que aparezca una patología o condición específica. Ya sea en tiempos de salud o de enfermedad, un foco en los factores salutorios siempre contribuye a establecer y mantener un estado homeostático.
Si llevo esta filosofía general a una narrativa más específica (PC, EM, Fibromialgia, Autismo, etc...) la comprensión general y el marco resisten bastante bien. En relación a las condiciones enlistadas, los estresantes físicos, ambientales, químicos y fisiológicos se amplifican en varios grados en comparación con la población saludable. El factor crítico a considerar, cuando se observa desde la perspectiva Salutogénica, es si estos estresantes son recibidos por los sistemas como patogénicos, neutrales o salutorios.  Esto se determina mediante lo que Antonovsky denominó como Fuentes de Resistencia Generalizadas (GRR por sus siglas en inglés). Por lo tanto, mientras más GRR tenga el sistema disponibles, mayores serán las posibilidades que tendrán los diferentes estresores para manifestarse como neutrales o salutorios. En la Parálisis Cerebral, Esclerosis Múltiple, FMS, etc, comúnmente estos GRR se caracterizan por la mecánica respiratoria, función del sistema inmune, competencia linfática, circulación del líquido intersticial, y otros.
Por lo tanto llegamos al mensaje principal y al motivo de este post: Las intervenciones terapeuticas más fundamentales, exitosas y confiables con las Salutogénicas. Incluso dentro de estados de enfermedad específicos, bien identificados, los estresores salutorios sirven para desarrollar y apoyar el progreso y la mejora. No solo contribuye al estado homeostático, sino que efectivamente define la habilidad de adaptarse a estresores adicionales mediante la construcción de GRRs. El ejemplo más notorio del enfoque salutogénico es la terapia de masaje... básicamente es efectiva para TODOS y para TODO. ¿Por qué? Porque es un estímulo Salutogénico (la puesta apunto del hipotálamo resulta en una relajación muscular automática, mejorando la circulación de líquido intersticial aumentando el drenaje de fluidos y el desempeño linfático, una mejor circulación contribuye a una mejor entrega de O2 y desempeño metabólico, etc...)




En resumen, la perspectiva más amplia no sugiere una “polarización” continua ni “compartimentada” para que sea más fácil. Pese a que desde un nivel macro (Estado, Provincia, Institución) esto puede servir para un bien mayor, el manejo micro (quien brinda cuidados de salud o quien los busca) siempre debiese considerar la singularidad sistémica de la persona e implementar el equilibrio apropiado de estrategias salutogénicas y patogénicas.

Saludos!

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