Actividades recientes me han mantenido cerca del computador, pero lejos
de cualquier cantidad decente de tiempo para dedicar a la escritura regular. Sin
embargo, los días y las semanas ocupadas han producido sin duda crecimiento
adicional y perspectiva... algunas de las cuales son incrementales por
naturaleza y otras son más transformadoras.
Acabo de volver de un par de semanas muy iluminadoras en Hawai, donde
tuve el honor y privilegio de, no solo explorar uno de los lugares más hermosos
del planeta, sino también de interactuar con un gran grupo de familias y
profesionales que realmente están a la delantera de la curva en relación a
transformar el actual sistema de “manejo de la enfermedad” a lo que se define
con más precisión como un sistema de cuidado de la salud. Este nivel de
claridad y compromiso fue tanto sorprendente como refrescante... e indican
definitivamente una tendencia hacia marcos teóricos que están más orientados al
paciente y centrados en la familia.
Teniendo esto en mente, pensé que sería informativo destacar brevemente
el marco teórico general desde el cual deriva el tema de “Desarrollo y
Fortalecimiento” y como encaja en el panorama general del cuidado de la salud.
Ampliando Perspectivas y Cambiando Paradigmas:
Como se menciona a menudo en mis escritos, un esfuerzo consistente por
ganar una perspectiva apropiada siempre es la búsqueda más productiva... Por lo
tanto, cuando se trata del cuidado de salud en general, es importante recordar
algo clave fundamental: construir y
nutrir activos de salud que ya existen contribuye y facilita cualquiera y TODA
intervención específica que se implemente. Para ser preciso, construir
sobre los desempeños existentes en respiración, función digestiva, drenaje
linfático, circulación de fluidos y circulación sanguínea periférica dará pasos
a un mayor “retorno de la inversión”. Usando esta analogía económica, se hace
más fácil ver donde está basada esta filosofía... y cuan amplias son sus
implicancias.
Si consideramos el organismo humano como una “economía de salud”
multifacética y profundamente compleja, finalmente hay dos enfoques principales
que deben considerarse: reducción de
déficit y/o construcción de activos.
Reducción del déficit:
Una estrategia enfocada en la reducción del déficit gira en torno al
concepto de “qué está roto y cómo podemos arreglarlo”. Este enfoque es
obviamente intuitivo y también bastante correcto. En la economía global de
salud, los déficits (o retiros) contribuyen a la reducción en el desempeño
operacional general. Este enfoque es el más ampliamente implementado y
considerado... y una de las principales razones por las uqe calza en un sistema
que está afirmado principalmente por medidas
cuantitativas. Por ejemplo, diagnósticos específicos están distribuidos
cuantitativamente, la dosis farmaceutica, rango angular de movimiento
establecido como “bueno” o “malo”, etc...
Inversión en activos:
Pese a que comúnmente esto se considera en el verdadero sentido
económico, en la mentalidad de los cuidados de salud básicamente se deja fuera
de la ecuación. Los activos de salud son de hecho definidos como los sistemas
que son esenciales para el mantenimiento de la vida humana... sin lo cual, nada
sería de absolutamente ningún valor. Para compararlo con el modelo de reducción
de déficit, este enfoque se manifestaría como “qué está funcionando y cómo
podemos hacer que funcione mejor”. La dificultad detrás de esto es que es muy
difícil de medir! ¿Cómo establecemos
mejor desempeño respiratorio, una digestión más eficiente, una competencia
linfática mejorada? Estos objetivos salutogénicos son lo que efectivamente se mide cualitativamente! No hay
una necesidad real para establecerles un valor numérico... sino más bien ser
capaces de identificar que hay mejoras.
Tasación:
Otro término económico familiar es el de tasación. En esta analogía, es
importante comprender que cualquier tipo de intervención (ya sea física,
química, hormonal, etc...) tiene cierto impuesto sistémico / biomecánico
asociado. Para usar un ejemplo simple, si se considera la cirugía como la
intervención más confiable en un caso en particular, entonces el “impuesto”
asociado necesita entrar en la ecuación... cuáles
son los riesgos involucrados en la cirugía, cuánto tarda el proceso de rehabilitación,
cuáles son los efectos secundarios potenciales, etc...
Por lo tanto, dentro de esta mentalidad, llegamos a una pregunta
fundamental: ¿cuál es la estrategia para el desarrollo de
una economía en salud creciente y fortalecida? Esto es nuevamente un
ejemplo de una perspectiva contraintuituva de una evaluación cualitativa:
-
No importa que tan pocos o bajos sean los activos existentes, siempre pueden
desarrollarse y nutrirse.
La comprension básica debe ser que hay un número de factores que apoyan
la salud y un número de fuerzas que son contrarias a la salud. Enfermedad,
discapacidad, estrés, fatiga, miedo, frustración... todos estos son solo
ejemplos de elementos que contribuyen a la tensión muscular general,
regeneración de tejido dañado, interrupción de circulación de fluidos, etc...
mientras que una mejor circulación de fluidos, logros, relajación, etc, son
todos ejemplos de fuerzas que crean un ambiente fértil para el desarrollo y la
nutrición de los activos de salud. ¿Cuál es la característica particular que
define todos estos factores salutogénicos? Todos
son MEDIDOS CUALITATIVAMENTE.
Este marco teórico general explica parcialmente porque la terapia con
masajes está indicada para casi cualquier patología, condición, lesión o
diagnóstico... trabaja directamente
los factores salutogénicos y por lo tanto facilita crecientes “depósitos de
acciones de salud” en la economía de salud global.
En resumen, como muestra la economía de nuestros tiempos, las soluciones
y las perspectivas de como mejorarla son vastas, diversas y a veces
conflictuantes. Sin embargo, todas comparten que la solución yace en algún
lugar entre la combinación de la reducción estratégica del déficit y la
construcción de activos. Este tipo de pensamiento racional sorprendentemente se
pierde cuando se lleva a la industria del cuidado de la salud. La misma palabra
“industria” sugiera un ciclo de producto que se auto perpetúa para servir enfermedades
específicas. La mera y humilde sugerencia de este post es abrir las puertas y
ampliar la perspectiva en la economía de la salud para incluir aquellas
estrategias que proveen depósitos directos incluso a las cuentas más pequeñas.
Como ya ha mostrado la historia por décadas y siglos, una construcción
consistente y creciente de activos (sin importar cuan pequeños sean) ayuda a
servir a una economía en salud a largo plazo y sustentable.
Saludos!
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